sábado, 11 de julio de 2009

Modelo basado en competencias: una incierta realidad



Por: Graciela Castañeda y Raquel Turrubiates

Desde mediados de los noventa la educación se ha transformado, respondiendo a los cambios sociales y tecnológicos de la humanidad. Estos cambios han impactado la manera de enseñar y los objetivos para los que se enseña. Es común ver publicaciones académicas que hablan de competencias término que es común cuando se aplica a Modelo Basado en Competencias (MBC), pero cabe preguntarnos ¿estamos preparados para aplicar ese modelo? ¿Nuestros currículos están diseñados para un MBC? ¿Estamos como docentes listos para el modelo? ¿Son nuestros alumnos el verdadero centro de interés de nuestro currículo?

El objeto de este escrito es determinar si estamos en condiciones de aplicar el MBC, para lo que deberemos definir competencia, partiendo de ahí nos acercaremos a los claro oscuros del modelo y su implicación en la práctica docente que, ahora tiene como centro al alumno.

Para Jesús Carlos Guzmán define la competencia educativa como el “tipo de expresión que hace posible colaborar y participar en el desarrollo de tareas enfocadas a la maduración del individuo y a la ejecución de diversos papeles que tiene que desempeñar en la vida como aprendiz, como productor de bienes y servicios, como consumidor y como integrante de unidades sociales” (Guzmán), y agrega que a partir de esta definición se pueden hablar de diversos tipos de competencias incluyendo a las genéricas que son las competencias en comunicación y en computación, y otra postura de la educación por competencias se basa en las competencias laborales.

“Cuando se observa la evolución del sistema educativo en México en los últimos cuarenta años se puede identificar que la innovación de la educación ha sido un argumento que continuamente se esgrime en los momentos de cambio, en las reformas educativas propuestas. Se ha creado un imaginario social donde lo nuevo aparece como un elemento que permite superar lo anterior, al hacer las cosas mejores” (Díaz Barriga, 2006), a partir de los años noventa el sistema educativo mexicano tuvo un cambio de rumbo en el que se trató de dar respuesta a las necesidades de una nueva realidad global de integración económica y desarrollo e integración tecnológico en el mundo laboral, por lo que el modelo basado en competencias se implementó como una reforma para tratar de hacer las cosas mejor atendiendo a los retos que implica este modelo.

Las nuevas formas de construir y acceder al conocimiento, genera cambios que “ no se limitan a las formas en que se produce conocimiento, sino que alcanza, de manera ineludible, a las modalidades a través de las cuales se organiza pedagógicamente y se hace llegar a los individuos, a través de prácticas y dinámicas de enseñanza y de aprendizaje” (Gutiérez, 2003)

Estos cambios deben van más allá de los contenidos que incorporan al sector productivo, si la experiencia práctica en las escuelas públicas, y privadas, muestran que los contenidos se han actualizado tomando en cuenta a este nuevo actor, también nos muestran que el MBC requiere un docente con nuevas competencias, el tiempo que reclama el modelo, donde el alumno es el centro, y donde se le forma para la vida laboral, requiere “algo más de lo que cada disciplina considera valioso y relevante para dominarla” (Guzmán) así como un nuevo enfoque pedagógico por parte del docente.

La UNESCO propone “transformar los procesos pedagógicos de forma que todos los estudiantes construyan aprendizajes de calidad. Los procesos pedagógicos deben estar centrados en el alumno, utilizando una variedad de situaciones y estrategias para promover que todos y cada uno realicen aprendizajes significativos, participen activamente en su proceso y cooperen entre ellos”. (Gutiérez, 2003)

El cambio en el sistema educativo transformó a los actores que plantean los currículos incorporando al sector productivo, también asigna nuevos roles a los actores tradicionales, en donde ser alumno y ser docente cobra un nuevo sentido, pues el alumno es el centro y constructor del conocimiento, por lo que debe tener una actitud crítica, mientras que el maestro debe propiciar esa actitud y generar los ambientes y situaciones propicias para el conocimiento. (Parra Acosta, 2006)

A poco más de una década donde este modelo se incorporó con al sistema mexicano todavía no vemos resultados claros, debemos de tener en cuenta que el MBCD implica una formación nueva para los docentes que aún luchan por el control de los contenidos en los currículos, frente al nuevo actor, la empresa y la sociedad, quienes reclaman cambios más veloces de lo que el sector puede dar respuesta.

Por otro lado todavía tenemos alumnos a los que no se les ha enseñado a ser críticos, ni constructores del conocimiento porque el docente requiere ser reentrenado en las técnicas y metodologías del EBC. Además de que nuestro sistema educativo, sentado en los cimientos tradicionales de la educación, requiere adecuaciones de fondo para que el MBC sea efectivo.

Trabajos citados

Díaz Barriga, A. (2006). El enfoque de competencias en la educación. ¿una alternativa o un disfraz de cambio? Recuperado el 11 de 07 de 2009, de Angel Diaz Barriga.com: http://www.angeldiazbarriga.com/articulos/pdf/2006_enfoque_de_competencias.pdf

Gutiérez, O. (30 de 09 de 2003). Universidad Pedagógica Nacional. Recuperado el 11 de 07 de 2009, de Fundamentos Psicopedagógicos de los enfoques y estratégias centrados en el aprendizaje en el nivel de educación superior": http://www.lie.upn.mx/docs/docinteres/EnfoquesyModelosEducativos1.pdf

Guzmán, J. (s.f.). Los claro oscuros de la educación basada en competencias. Recuperado el 11 de 07 de 2009, de Investigaciones Jurídicas de la UNAM: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/nuant/cont/62/cnt/cnt7.pdf

Márquez Vázquez, F. (2008, Nov.). Propuesta didáctica para el aprendizaje centrado en el alumno. Apertura: Revista de Innovación Educativa Vol. 8 , 66-74. En http://web.ebscohost.com/ehost/pdf?vid=5&hid=105&sid=cd2d1b5a-ff1f-4ad2-ac25-4961d7db27f6%40sessionmgr111

Parra Acosta, H. (Abril de 2006). &to Congreso Internacional, Retos y Expectativas de la Educación, U.A.Ch. Recuperado el 11 de 07 de 2009, de El papel de la universidad en la transformación de la Universidad": http://www.congresoretosyexpectativas.udg.mx/Congreso%206/Eje%202/Ponencia_212.pdf

1 comentario:

  1. ¿Realmente queremos formar un "individuo" que sea "aprendiz,... productor de bienes y servicios, ... consumidor y (e) ... integrante de unidades sociales"? ¿O queremos formar un sujeto social, miembro activo de una comunidad, crítico con respecto a su época y capaz de comprometerse con la transformación de su realidad? Eso es lo que va de los viejos paradigmas (desechados por obsoletos por el neoliberalismo) y la "educación basada en competencias", que propugna una fábrica de cuadros medios para el sistema empresario. La Universidad deja de ser "universitas", y en ella ya no hay lugar para el pensamiento.

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